Fue poco después de su llegada al mercado español, cuando me permitieron probar el primer V40 «demo» que tenían en el concesionario.
La motorización era una D3, de 150 CV y el acabado era el «Momentum». La verdad es que lo pasé muy bien, porque la novedad invitaba a ello y la expectativa no era para menos. Estábamos hablando del primer compacto de Volvo que merece la calificación de Premium, mirando a la cara a cualquier competidor de la categoría, como el BMW Serie 1 o el Audi A3, entre otros.

Era la primera vez que me sentía cómodo en un Volvo. Había probado modelos de los de antes, aquellos inmensos tanques, que nunca me parecieron nada competitivos con sus homólogos germanos. Eso sí, a bordo de ellos, te sentías segurísimo.
El V40 es un coche muy bien hecho. Desde el momento en que te pones a los mandos, te das cuenta del enorme trabajo que ha realizado la Marca para ponerse al día y, en según que casos, adelantarse en algunas soluciones. El cuadro de mandos es espectacular, sin más. Te da toda la información que necesitas con grafías de todo tipo y con una presentación muy futurista e intuitiva que cambia en función del programa que elijas entre los tres posibles, ELEGANCE, ECO Y PERFORMANCE.
La conducción fue comodísima, la sonoridad interior prácticamente nula y la ausencia de vibraciones era una realidad. Me di una buena vuelta con él por autopista y carretera virada. El coche se comporta de una manera muy noble y te da la sensación de llevar entre las manos un modelo más grande.

Su tamaño exterior está por encima de lo que ofrece la competencia, con sus 4,37 mts. de longitud (un Mercedes Clase A mide 4,29 mts. por ejemplo). Sin embargo, el interior no está en consonancia con esas medidas externas, sobre todo en las plazas traseras y el maletero. Las plazas traseras ofrecen poco espacio en todas las cotas, pero el mismo acceso es ya complicado por la gran caída de techo que tiene el coche en la zona del techo posterior. El maletero me pareció casi testimonial para las dimensiones del coche. Cubica 335 L y un Audi A3, por ejemplo tiene 365 L, más en la línea de este tipo de coches.
Un apartado que me sorprendió bastante fue el del capítulo de los frenos. Me pareció que el coche tenía una frenada extraordinaria en comparación con otras pruebas que he realizado. El tacto del pedal era perfecto y la distancia de frenado muy corta.
Las impresiones, en general, muy positivas en casi todos los aspectos. Dinámicamente hablando, tiene un comportamiento intachable, los acabados son muy buenos, a la altura de lo que se espera para el segmento, la comodidad a bordo es destacable, salvo para las plazas traseras que yo calificaría de discreta por el poco espacio que hay. El equipamiento, dependiendo del nivel que elijamos, será más o menos extenso, pero ya en la versión básica no viene nada mal dotado, aunque a poco que se sea exigente en este apartado, lo mínimo que deberíamos pedir es el acabado «Momentum». El «Kinetic», que está un punto por encima del básico, ya añade cosas como climatizador de dos zonas, luces de lectura y luces inferiores delanteras o palanca de cambios y freno de mano de cuero. El «Momentum» ya ofrece bastante más interés, desde mi punto de vista, incluyendo control de velocidad de crucero, mando multifunción en el volante, retrovisor interior antideslumbrante automático, sensor de lluvia e iluminación con detector de túneles o retrovisores exteriores retráctiles eléctricamente con iluminación inferior.

La seguridad que ofrece el coche es inmensa. Está dotado con sistemas avanzadísimos al respecto y, entre otros, ofrece un airbag de protección de peatones que se infla en el momento de un atropello para minimizar las lesiones de la víctima; sin duda, un gran paso al frente en la lucha contra esa lacra que se lleva muchísimas vidas todos los años. Otro sistema revolucionario es el «City Safety» que es capaz de frenar el coche completamente cuando la diferencia de velocidad entre el obstáculo y el V40 no supere los 15 Km/h. Si la diferencia está entre los 15 y los 50 Km/h, no lo detendrá por completo, pero sí aplica los frenos para minimizar los daños. Este sistema ya lo montaban otros vehículos de la Marca, como el XC60, aunque sólo actuaban hasta los 30 Km/h. En la actualidad, ya lo hacen hasta los 50 Km/h, como el V40. Otro sistema muy recomendable es el que detecta por medio de radares los obstáculos que pasan por detrás (vehículos, personas, animales…). Muy útil cuando no vemos en salidas de aparcamientos marcha atrás. Otro punto fuerte es el sistema de faros bixenón que puede llevar. Son extraordinariamente claros y al ser direccionales, la seguridad aumenta muchos enteros.
En el apartado de aspectos negativos, muy pocos, la verdad. Ya señalé antes el aspecto del espacio reducido atrás y el maletero más propio de vehículos más pequeños. Estos dos puntos podrían influir negativamente en una decisión de compra para quien busque más espacio. Hay otros dos puntos, que a mí no me gustan pero, seguramente, el consumidor medio no repare en ellos. El primero es el de la inclusión todavía de un freno de mano al uso en vez de uno electrónico. Esto me parece un atraso. El otro punto negativo es el de la visibilidad hacia atrás. No es buena dada la escasez de tamaño de la luneta de atrás. Con el sistema de detección de objetos por radar, se minimizan los riesgos, pero a mí no me agrada personalmente no ver casi nada hacia atrás. Finalmente, y esto no es una crítica, el techo de cristal que puede llevar y que ocupa casi toda la superficie alta del coche, no es corredero, por lo que no admite su apertura ni siquiera para sacar una mano. Cuenta con una cortinilla eléctrica para evitar el sol, pero lo de no haberlo dotado de apertura no lo entiendo, aunque no es algo que sea criticable, en principio.
El coche parte de un precio por debajo de sus competidores naturales (exceptuando al Golf, que parte de algo menos). El modelo D2 de 115 CV parte de 23.590 € en su configuración básica. Este modelo, para mi gusto, no es en absoluto recomendable, porque no viene muy bien equipado, aunque hay personas a las que esto les da igual, y sobre todo porque «anda poco». Cuando digo esta expresión, me refiero a que, para sacarle partido al escaso motor que lleva, hay que hacer uso de la caja de cambios con demasiada frecuencia y eso genera incomodidad. El motor recomendado por mí es el D3 de 150 CV (si se quiere motorización diésel), ya que el D4 se va a los 190 CV, cifra ésta que me parece ya excesiva para el común de los mortales. Pagaremos 28.630,40 € si nos queremos hacer con un D3 con cambio manual en acabado «Momentum». Este precio, y más en los tiempos que corremos, suele quedar bastante más arreglado a la hora de comprarlo (entre Plan PIVE y descuentos adicionales, si los hay), por lo que podríamos lucir todo un V40 de lujo por poco más de 25.000 € si apretamos un poco, lo cual es un precio estupendo para un vehículo con estas características.