Volvo ha creado un SUV coupé denominado C40 Recharge y le ha salido un XC40 facherito de verdad y además respetuoso con el entorno.
No hace falta ser un enamorado de la marca sueca, para advertir el avance estético que los ingenieros han dado al exitoso XC40, aportando nuevas líneas más deportivas, frescas y ligeras al C40.
La moda pasa por comprarte un SUV, pero si además es con línea coupé, ya eres lo más «in» que existe de estrellas para abajo
¿Tú sabes lo que mola tener un SUV hoy en día?. Pues si la línea es coupé ya se puede decir que estás por encima del bien y del mal, o algo así. En el caso del C40, hablamos de línea atractiva a rabiar, con aspecto burgués aunque no ostentoso. ¡Un pijo se nos ha colado en la familia!. ¡Analicémoslo!.
En puridad, pocas son las diferencias que hay que señalar con respecto a su hermano XC40 Recharge, salvo las citadas estéticas, que afectan más a la parte trasera que otra cosa.
Se trata de un SUV Coupé que mide 4,43 metros de longitud, 1,87 metros de anchura y 1,59 metros de alto. Así, se presenta como un todocamino premium ligeramente más largo y ancho que su hermano el XC40 y un par de centímetros más bajo.
El maletero trasero cubica 413 litros y el más que práctico maletero delantero, 31 litros. ¡No está nada mal para lo que es habitual en la categoría.
Es un Volvo este C40, pero más chulo que el resto de la familia actual, lo cual le confiere cierto aspecto de exclusividad por la que NO hay que pasar por caja
Más exclusivo que el XC40 lo es sin dudarlo. Habrá quien prefiera el XC40 por practicidad, aunque las cotas interiores nos demuestran que hay poca diferencia entre ambos, salvo para el caso de la cabeza de un pasajero más alto de lo normal que, puestos a elegir para ir atrás, seguramente elegiría el todocamino convencional.
Algo que me ha llamado potentemente la atención es que, por el hecho de poseer ese plus de exclusividad, el C40 no se cobra más caro que su hermano XC40, cosa que no ocurre en la competencia, incrementándose, por lo general, el precio de un SUV coupé sobre un SUV al uso en algunos casos más de un 15%.
Desarrollado a partir de la plataforma modular CMA, este Volvo C40 solamente podrás adquirirlo en modalidad de eléctrico puro.
Mucho confort y tracción total, con un motor eléctrico sobre cada eje y una gran «Caballería» de nada menos que 408 CV
En el apartado dinámico, ¡no veas cómo anda el «bicho»!. Son puras sensaciones al volante las que se viven a bordo. Con 408 CV de potencia, un par máximo de 660 Nm, tracción total y una caja de cambios automática, el Volvo C40 no tiene mucha competencia que batir.
Pisar el acelerador en cualquier momento y salir disparado hacia adelante pegándote al asiento como si fueras en un caza, es todo uno.
La autonomía, sin embargo, aún deja algo que desear, quedándose en unos 436 Km proporcionados por una batería de iones de litio con 78 kWh de capacidad bruta. Dicha autonomía, como en casi todos los eléctricos, se puede ensanchar hasta los 500 Km circulando solamente por ciudad o quedarse en unos 350 Km si salimos a carretera y le pisamos bien.
Al final de la prueba he podido constatar que el coche sale a un gasto de unos 19 kWh cada 100 Km, pero le he dado cera y lo he llevado por autovía en muchas ocasiones, así que ese consumo puede descender notablemente con una conducción más eficiente.
Sus prestaciones son de infarto, llegando a parar el cronómetro en el 0 a 100 Km/h en apenas 4,5 segundos.
Respecto a la tecnología, va parejo a sus rivales más directos, que son el MB EQA y el Lexus UX300e.
En tecnología ha ganado y mucho este Volvo C40, llegándose a poner a la par que sus contrincantes más serios, siempre con permiso, desde mi punto de vista, del MBUX de segunda generación de Mercedes-Benz, cuya tecnología está por encima del resto sin excepción.

El cuadro digital de 12,3″ con pocas posibilidades de personalización, eso sí, la gran pantalla multimedia de 9″ con software bajo S.O. Android y Google poniendo la guinda final con las actualizaciones OTA, conforman unas características técnicas lo suficientemente poderosas como para brillar con luz propia entre los mejores; y, por cierto, ¡ya era hora de que modernizaran estos sistemas!.
Los asientos eléctricos y calefactados, el techo solar panorámico (no practicable), el sistema Harman Kardon de HI-FI o el Pilot Assist, son buenos ejemplos de lo bien que se pueden hacer las cosas, a pesar de que yo veo ciertas carencias en este modelo frente al XC40.
Por ejemplo, no entiendo muy bien cuál es la causa de dotar al XC40 de techo panorámico practicable de manera eléctrica con cortinilla de igual acción y no hacerlo igual en el C40.
Frente a la competencia, podría pecar de falto de tecnologías como los sistemas detectores de personas y animales por infrarrojos o de no tener ni siquiera en opción la posibilidad de montar un HUD.
Más de dos Toneladas de masa y eso que es un SUV bastante compacto. No es un deportivo, pero en confort es el rey
Quien busque en este SUV premium un todocamino con tintes deportivos, que no se haga ilusiones, a pesar de que se muestra muy ágil en curva. Pero para esa dinámica hay opciones mejores.
A lo que nadie le gana probablemente, es a confort y seguridad a bordo. Las sensaciones de conducción son muy elevadas por acogedoras y divertidas, aunque si queremos pasarlo «pipa» en carreteras reviradas, existen en el mercado algunas opciones más dinámicas.
La conducción de este C40 es idéntica a la que se puede practicar a bordo de un XC40, aunque quizás haya algo más de desahogo en curva dadas sus características de diseño. Yo no he notado diferencia en este aspecto, por lo que para mí empatan.
Hay que señalar que la fuerza que impone el sistema «One pedal» o de regeneración energética hace casi inservible el freno de servicio, quedando éste relegado para situaciones de emergencia exclusivamente.
Al final, la elección siempre es dura, pero hay que hacerla. ¿Eres más convencional o te sientes más «Cayetano»?
A la hora de elegir, siempre pasa lo mismo. El coste de oportunidad implica que, una vez comprado uno de los dos, renuncias a lo bueno y lo malo del que dejas atrás.
Personalmente, quizás me compraría antes el XC40 por aquello del techo retráctil. Respecto a los faros matriciales, que hasta ahora solamente se podían montar en el C40, ya se montan en la versión actualizada del XC40. Con estas dos premisas, probablemente yo elegiría el XC40 Recharge.
De todas formas, la marca podría decidir más adelante ponerle techo panorámico retráctil al C40, ¡quién sabe…!. De ser así, probablemente me decantaría por el C40. ¡Y si le añaden un buen HUD con realidad aumentada, ya lo flipo en colores, vamos!.
Me llama la atención que Volvo anunciara a bombo y platillo que esta versión coupé se iba a vender exclusivamente a través de Internet y tiempo más tarde se venden de manera tradicional.
Aunque por sus cables lleve «sangre azul», también tiene este C40 cosas que reprocharle
Por muy pijo que sea el concepto de SUV coupé, nadie ni nada somos perfectos y yo le he sacado un par de «cosillas» a éste que no debieran pasar desapercibidas. En primer lugar, para mí no es comprensible ponerle a un vehículo un techo solar panorámico no corredizo y sin cortinilla protectora interior. Por mucho que Volvo defienda soluciones tecnológicas «a lo Tesla» para ese techo, al menos me tienen que dejar la opción de adquirirlo corredizo o de no montarlo, sin más.
Por otro lado, la visión trasera a través del retrovisor es la mínima expresión vista hasta la fecha por mí en un SUV, por muy «facherito» que éste fuera. Léase, por ejemplo, el Range Rover Evoque. La solución de esto está en los espejos exteriores que, por suerte, en el C40 son grandes y con gran visión hacia atrás.
Finalmente, hablaré de los faros que Volvo denomina «Pixel LED adaptativos». Así como su potencia lumínica me parece muy elevada para ver perfectamente en la oscuridad, no termino de ver el sistema matricial de adaptación que se utiliza en este SUV. Los faros, al ser matriciales, adaptan según sean las condiciones el haz de luz, encendiendo y apagando ledes según convenga. Y así sucede, pero la manera de hacerlo creo que es un poco brusca, aunque el efecto de no molestar al resto es total.
Lo bueno cuesta pasta y este SUV es caro, aunque si vives en localidades en las que están suprimidos de pago los impuestos que tocan (IVA / IGIC y matriculación), te puede parecer hasta barato
Este Volvo C40 puede adquirirse desde 46.000 € aproximadamente, cifra que en Canarias se reduce significativamente y de momento para la versión de tracción delantera y 231 CV para el acabado «Core», que es el básico.
El C40 que pruebo yo en esta ocasión es la versión 4×4 con dos motores eléctricos (uno por cada eje) que suman 408 CV de potencia. La versión es la «Ultimate», con un equipamiento al máximo, como por ejemplo los asientos delanteros eléctricos y calefactados (con memoria el del conductor), la cámara 360º que es fantástica y ayuda muchísimo en todo tipo de maniobras, los faros Pixel LED adaptativos o el equipo de HIFI Harman Kardon de 600 W y 14 altavoces + subwoofer, entre otros.
Este modelo sale en las Islas por 50.000 € (casi 60.000 € en otros puntos de España).
Como se puede ver, el estar sujeto a determinados impuestos implica que un mismo vehículo se pueda adquirir por muchos miles de euros menos o más según la Comunidad Autónoma en la que lo compres. ¡Increíble!.
Termino diciendo que, para mí, sea más o menos pijo, este SUV de Volvo me parece lo mejor que tiene la marca sueca para defenderse a capa y espada en un océano repleto de SUVs más o menos atractivos. Es bonito, seguro como ninguno, confortable al máximo nivel, tecnológico como el resto y con un precio más asequible que aquellos premium alemanes que, sin ser mejores, sí que ganan al sueco en algunos puntos que tienen que ver, sobre todo, con la dinámica, pero no en la mayoría.
Hace relativamente poco que se incluyó al C40 en las duras pruebas de EuroNcap, por lo te paso los resultados alcanzados por este gran SUV coupé, que son espectaculares.
Mi valoración respecto del Volvo C40 es parecida a la que hice con el XC40 Recharge, aunque éste puntúa ligeramente por debajo por esos pequeños fallos, a mi juicio, que acompañan al primero y que no son propios del segundo.
Por último, os dejo por aquí un pequeño vídeo de la prueba. Espero que os guste.