Dicen que los bulos corren como la pólvora y nada mejor que España, País cuyos ciudadanos, en un buen número, tienden a creeerse todavía cualquier estupidez que salga de vaya usted a saber dónde. Seguramente, entre los mitos que voy a exponer a continuación, os suene más de uno, si no todos. Llevo escuchando esto desde hace un montón de años y, a día de hoy, parece no haberse disuelto el encanto de creer que llevando a cabo alguna de estas acciones, la Guardia Civil no nos va a sancionar si vamos cocidos como un cosaco. Ahí van algunas de las creencias que, poco a poco, la experiencia en los controles ha ido difuminando, a pesar de que aún, mucha gente se niega a creer que no son efectivos en absoluto en el momento de la verdad:
- Sopla despacio y no darás: esta es una de las patrañas más grandes que se han dicho al respecto. Si soplas por el tubito despacio, lo más probable es que el Agente pierda la paciencia pensando que te estás intentando quedar con él. La prueba, soplando así, no será válida, por lo que el Agente de la Autoridad podrá pedirte que la repitas tantas veces como sea necesario. Así que sopla bien si no quieres acabar en el cuartelillo detenido por negarte a hacer la prueba del alcoholímetro.
CONTROL GC - Beber agua: esta idea es magnífica si tienes sed y, probablemente la tengas si vas con un ciego del quince. El agua es muy buena para la salud e hidratar el cuerpo a base de este líquido elemento está genial en cualquier circunstancia, pero si piensas que por hincharte a beber agua no vas a dar positivo, lo llevas clarinete.
- Comer pasta de dientes: asociar esto a no dar positivo en un control de alcoholemia, es tan estúpido como el o la que se lo inventó. Pero si quieres dar buena impresión al Agente y no echarle una bocanada de alcohol en la cara cuando hables con él, igual hasta es buena idea y todo, pero el positivo lo vas a dar como que hay Dios.
- Chupar pilas: en este caso, el lumbreras que se lo inventó debía de ser primo hermano de Torrente, pero lo peor es que no aclaró si las pilas tenían que ser alcalinas y de qué tamaño y voltaje, o si tenían que ser cuadradas de 6 Voltios o si eran mejor las de botón o si las recargables rebajan aún más el alcohol expirado en aire… Yo creo que, por muy «colgao» que vayas, si te apetece chupar una pila para evitar que te cojan en un control de alcoholemia, casi sería mejor que te desvíes y cojas el primer camino hacia el psiquiátrico más cercano. Allí, probablemente te expliquen cuál es la pila más adecuada para no cantar en la prueba.
- Meterte en la boca granos de café: y yo añadiría -«y luego escupirlos a la cara del Agente a lo PaintBall», a ver si así, te dan dos guantazos y te aclaran las ideas sobre la marcha.
- Correr y hacer flexiones: ¿tú crees que esas son horas de competir con nadie en lo deportivo?. ¿Crees que convertir el escenario de la detención en un gimnasio improvisado te va a quitar el positivo con el tablón que llevas encima?. El deporte es una de las mejores formas de eliminar toxinas y de cuidar el cuerpo. Pero si vas cuajado como un bendito, ¿vas a aplicar aquel adagio de «Mens sana in corpore sano», melón?. Por mucho que esa noche emules a Usain Bolt en los 100 mts. lisos delante de la Guardia Civil, darás positivo seguro, con el fastidio agregado que, tras la carrera, quedarás exhausto, si no te has fracturado antes la tibia por el esfuerzo.
- Darse una ducha fría: perfecto. Buena idea para despejar al conductor ebrio, pero la sangre seguirá contaminada y tu atmósfera interior estará repleta de vapores de alcohol que, como es evidente, no te van a quitar una ducha fría o templada o hirviendo.
Hay más, pero son tan o más estúpidas que éstas, así que por hoy, creo que ya es suficiente para la inteligencia humana.

A poquita cultura que tengamos, deberíamos saber todos que la responsabilidad de eliminar el alcohol corresponde mayoritariamente a un órgano llamado hígado y el ritmo de su destrucción es muy lento. También eliminamos alcohol por la orina, entre otros medios, pero ya en muy poca cantidad, así que por mucho deporte que hagas, por mucha sevillana que te marques o por mucho grano de café que te pongas bajo la lengua, darás un positivo como un día de fiesta, si tienes que darlo, claro.

Por lo tanto, mi consejo es que uses la cabeza para pensar y no para embestir. Si sales de juerga, nadie dice que te pases la noche bebiendo agua mineral, pero si te la pasas bebiendo cubatas, que conduzca otro u otra y si no, medios públicos, taxi o te quedas durmiendo la mona hasta que se te pase. La otra opción, puede que cuele una noche y otra, pero tarde o temprano te encontrarás con el de la «espada de Darth Vader» que va vestido de verde y vas a tener que responder ante él y ante la Justicia por tu irresponsabilidad. Y esto último, es lo mejor que te puede ocurrir, ya que la alternativa puede ser tener un accidente y herirte seriamente o matarte o, lo que es aún peor, que hieras o mates a otros por tu irresponsabilidad, así que, ¡piensa y no seas un cafre!.
Negarse a soplar y solicitar una analítica, que se puede demorar varias horas, ya que no es asistencia prioritaria…
Sí, correcto. Para entonces ya estarás con el coche inmovilizado y a buen recaudo e imputado, de acuerdo al Art. 383, del CP, por un delito de desobediencia al Agente de la Autoridad, con pena señalada de 6 meses a 1 año de cárcel y de 1 a 4 años de retirada del carné. Además, el delito de desobediencia también se comete cuando el conductor no sopla lo suficiente y finge que no puede mantener el soplido durante los segundos que son necesarios para hacer la prueba, o cuando trata de evitar el control policial que hay en la vía pública, por ejemplo haciendo un cambio de sentido. Por si fuera poco, te van a imputar, además, un delito de conducción bajo los efectos del alcohol, utilizando como prueba los síntomas externos, es decir, aunque no exista el resultado de la prueba de alcoholemia realizada con un etilómetro, se puede probar la intoxicación etílica del conductor y de hecho se condena, con otras pruebas: los síntomas externos (ojos vidriosos, olor a alcohol, etc.), el habla pastosa e incoherente, la deambulación titubeante y la propia conducción incorrecta del vehículo. Como ves, lo de la analítica puede quedar relegado a un discretísimo segundo plano que, de facto, casi nunca llega a puerto alguno. Si vas de listo, te la pegas bien pegada…