Uno de cada tres coches que se venden en el mercado de nuestro país entre particulares es un SUV. Pero, ¿tiene que ser un SUV sí o sí?. ¡No creo!. Me explico; parece que si no te paseas por ahí con un SUV ya no eres nadie, pero no es oro todo lo que reluce.

Los crossover, todocaminos, SUV o vehículos elevados están de moda, pero parece ser que esto no va a parar aquí. Los potenciales clientes de este tipo de vehículos se multiplican como las esporas.
Eso nos viene muy bien a los que no tenemos necesidad de hacernos con uno de ellos, al menos de momento. Las ofertas de las que disfruta el sector de los sedanes o berlinas, no son «moco de pavo» y todo por culpa de esa fiebre que, al menos, por el momento, está frenando dramáticamente la venta de los turismos al uso de tres volúmenes.

De todas formas, ¿está justificada esta fiebre o, más bien, el público soberano no sabe dónde arrimar el ascua y se deja llevar por tendencias más o menos intencionadas de fabricantes sin escrúpulos?.
Pues la respuesta a esa pregunta es que hay un poco de todo. La tendencia evidente está y se nota con fuerza desde hace unos años, pero el marketing hace el resto y si no, atiende a los siguientes datos que te aporto y que son absolutamente ciertos.
Respecto a la estética, ya os he dicho infinidad de veces que eso va con cada cual. He oído criticar un Bentley Mulsanne desde el punto de vista de la estética y he oído ensalzar por este mismo concepto a un Fiat Multipla y, me vais a perdonar, pero eso de «sobre gustos no hay nada escrito» está muy bien, pero yo añado siempre la coletiila siguiente: «pero hay gustos que requieren palos».

El SUV será lo que sea, pero estéticamente, no es lo más bonito que te puedes echar a la cara. Un apasionado de los súper deportivos hablará de máxima belleza cuando se refiera a un Ferrari, a un Lambo o a un Maserati GT, por ejemplo, coches que nada tienen que ver con la estética SUV.
¿Y qué decir de un sedán de lujo?. ¿Se habrá visto circulando cosa más bonita que un Mercedes Clase S (segmento F), un Serie 5 (segmento E) o un Audi A4 (segmento D) por esas calles de nuestras ciudades?. ¿Y si nos damos un salto a limusinas como un Maserati Quattroporte, un Aston Martin Rapide o un Bentley Flying Spur, entre otros?. ¡Estos últimos sí merecen la calificación de bellezas sobre cuatro ruedas!.

¿Quieres habitabilidad?. Cómprate una furgoneta o un monovolumen. Estos sí son espaciosos de verdad y no un SUV, que suelen ser coches de diseño pensados para cinco personas, cuando no para cuatro si son de corte coupé. ¿Pero una furgo no es tan bonita verdad?. Todo tiene un precio; ¡sigamos!.
Si nos vamos a ir a al ahorro de costes, ¡apaga la luz que nos vamos!. Peso y aerodinámica hacen el resto. Los turismos suelen ir más justos en esto de los consumos, ya que se consiguen para ellos mejores aerodinámicas y pesos más contenidos.
¿Todavía piensas que son más seguros que los turismos?. Falso de toda falsedad, aunque es cierto que en los últimos años se han acercado a cotas insospechadas en este apartado.
Sin embargo, la mayor altura y peso, junto al mayor centro de gravedad y mayores balanceos, sumando las mayores distancias de frenado, los hacen coches realmente seguros y confiables en este apartado, pero todavía por debajo de los índices de seguridad mostrados por los vehículos tradicionales.

Por tanto, la seguridad que se percibe a bordo de un SUV no es tan real como suponemos, aunque está ya a muy altos índices de protección a todos los niveles.
Si lo que quieres es conducir y abordar curvas como si no hubiera mañana, olvida estos modelos altos. No sirven para esto y, a pesar de que presentan altísimos estándares de estabilidad y aplomo, son lo que son y no van a darnos grandes alegrías en este tipo de terrenos, salvo si hablamos de excepciones muy contadas, pero, aún así, por debajo de lo que ofrecería un buen compacto, GT o una buena berlina.
Si nos vamos al mundo offroad, te diré que la mayoría de los modelos de esta categoría no están adaptados a medios hostiles. Y te lo digo porque lo sé de primera mano.
La gran mayoría de vehículos SUV que ves por la calle, tiran de tracción a las ruedas delanteras. La razón es muy simple; los 4X4 son bastante más caros y para ir a hacer la compra a El Corte Inglés, no hace falta tracción integral. ¡Eso sí, hay que llevar el «jamelgo» más grande posible para que nos etiqueten con un estatus social elevado, aunque no sepamos aparcarlo en huecos donde podrían caber camiones de 18 ruedas!.

Finalmente, si hablamos de precios, entonces sí que vamos dados. Un SUV es bastante más caro que una berlina del segmento, de las que normalmente, derivan.
¡Comprobado!. Si quieres un MB Clase C, te tienes que gastar, como mínimo, unos 43.000 € y si quieres su versión elevada, el MB Clase GLC, entonces te irás sin pensarlo a los 50.000 € de partida. ¿Lo tienes claro, verdad?.
He puesto a la marca Mercedes como ejemplo de distancia de precios entre berlinas y SUVs, pero esto es válido para cualquiera otra.
Por tanto, y visto el análisis somero que he realizado sobre unos y otros formatos, ¿Tiene que ser un SUV sí o sí?.
Yo me abstengo de meterme en la vida de nadie y en qué se gasta la gente el dinerito, aunque tengo mis criterios al respecto y contestando a la pregunta inicial, evidentemente la respuesta es NO, aunque tengo que reconocer que molan y cada vez más. De hecho, algún día me haré con uno, porque seguro que no podré resistirme a la tentación.
De momento, voy muy bien servido en compacto y berlina respectivamente. ¿Y tú, cómo vas?.