




Son las 13 horas aproximadamente, cuando hacemos acto de presencia en la Finca Los Pinos, donde hemos sido citados por ORVECAME para pasar un día fabuloso en tan singular paraje situado en Firgas (Gran Canaria). La cosa se ponía interesante, puesto que, nada más acceder al lugar del evento, el colorido y la alegría de la decoración presagiaba lo que más tarde sería un hecho; The british experience. Día grande para el Discovery Sport. Y no era para menos. Hoy debutaba el tan esperado Land Rover Discovery Sport, un TT de la Firma británica que promete dar batalla por hacerse con buena parte del pastel en la ventas de este tipo de vehículos. Y es que no es para menos. El que os está contando todo esto, ha tenido la oportunidad de subirse hoy a uno y las condiciones no eran precisamente las más cómodas, puesto que la estampa que se presentaba ante mí, como mínimo, era preocupante. Una pared de tierra con un ángulo de inclinación difícil de calcular para el raciocinio humano, se presentaba delante de mis ojos, tras un breve viaje desde la «campiña británica» de la fiesta «cool» hasta el «infierno» del terreno más ondulado, empinado y escabroso que me había encontrado jamás para conducir en él. Y por esa pared del diablo me dijeron que tenía que trepar yo a los mandos de uno de los TT que Orvecame había dispuesto para la experiencia. Variedad había, porque cualquiera que estuviera por allí, podía subirse a lomos de un Range Rover Evoque, de un Land Rover Discovery IV, del prota del día y culpable de tan exitoso evento, el Discovery Sport y del Rey de reyes, el Range Rover Sport. Voy a hablar principalmente en este post de la conducción off-road que he tenido oportunidad de practicar, con bastante buen tino, permítaseme la vanidad, sobre todo, porque era la primera vez que me metía yo en semejantes fregados de baches imposibles, zanjas de vértigo, pendientes ascendentes y descendentes que, a mi juicio, solamente podrían abordar tanquetas del ejército y muchas y variadas «trampas sobre el terreno» que los vehículos responsables de tal hazaña, han pasado con verdadera destreza y sin inmutarse. ¡Increíble!. Y allí estaba yo, al mando de hasta tres de esos TT (me faltó por probar el Discovery IV) pasando por encima de toda aquella superficie rota, en un primer momento, con el Evoque, después con el Discovery Sport y finalmente, con el Range Rover Sport.

Después haré un brevísimo relato del evento lúdico para los numerosos niños y niñas que se concentraron allí y para los adultos, que también participaron de un expléndido día de fiesta por todo lo alto. Pero vamos al lío. Tras estar un buen rato deambulando por la zona «cool» del evento, fotografiar al protagonista del día y tomar algunas imágenes que podréis disfrutar en el vídeo adjunto al post, me lancé, junto a mi mujer y mi hija a tener una experiencia off-road más o menos complicada, ya que nunca la he tenido en terrenos tan abruptos y me apetecía mucho, sobre todo de cara a ofreceros a vosotros una información más veraz y ajustada a la realidad y, como no, porque me apasiona este mundo del automóvil y necesitaba generar adrenalina haciendo trialeras con uno de esos «bichos». Fueron tres, como ya he comentado antes. La primera prueba la realicé a bordo de un Evoque. La planificación todo terreno estaba dividida en un circuito común para todos los vehículos participantes, pero en dos accesos a las pistas y dos salidas diferentes. Me explico; el Evoque, es el TT que menos altura presenta al suelo, por lo que era preciso derivarlo por pendientes de acceso y salida algo menos pronunciadas para evitar roces con el terreno. Los otros tres participantes de la prueba, entraban y salían por el mismo sitio (el más «chungo») al tener ángulos de ataque y salida mayores que el pequeño de la «family».



La experiencia duraba entre cinco y seis minutos más o menos, dependiendo de la agilidad que mostrara el conductor. La verdad es que el Evoque se comportó como un TT de altos vuelos, si bien, no me pareció el más cómodo para realizar malabarismos por todos aquellos terrenos tan deteriorados. De todas formas, hay que decir que me lo pasé pipa a los mandos del «peque» de la familia, porque se comporta como un grande del off-road. El sistema de Land Rover «Terrain Response» fue el responsable de que todo el mundo saliera indemne de las pruebas. Se trata de una avanzada tecnología que adapta diferentes sistemas integrados en el vehículo, tales como el funcionamiento del motor, la caja de cambios, el diferencial central electrónico y los sistemas de estabilidad y de frenado. El resultado es espectacular, ayudando a vencer las dificultades a las que puede enfrentarse un 4×4 en las peores circunstancias. Sí, es verdad, es todo electrónica, pero es que el mundo ya no es lo que era. Ahora todo lo hace el coche y en el evento pude constatar de primera mano cuán avanzada es la tecnología que, literalmente, controla el descenso de un coche sin que tú tengas que hacer absolutamente nada (salvo tener las manos en el volante) y confiar en la electrónica, que, en este caso, parece magia. ¡Y eso por no hablar de los sistemas antivuelco que evitan que el TT acabe malogrado ante una inclinación excesiva lateral!. Desde un sencillo mando ubicado en la consola central del vehículo pueden seleccionarse cuatro opciones diferentes de respuesta al terreno: Normal, Nieve/Hierba/Gravilla, Barro/Roderas, y Arena. El conductor elige el programa adecuado a las circunstancias y el TT avanza como si nada, ya que éste se preocupa de dosificar de manera precisa la entrega de potencia, de seleccionar la marcha más adecuada, de repartir la fuerza entre las ruedas y de evitar derrapes y pérdidas de energía y de tracción. Dos programas probamos en cada uno de los vehículos de prueba; el de nieve/hierba/gravilla y el de arena. En ningún caso el Evoque tuvo problema alguno para estar al máximo nivel y en ningún momento perdió la compostura por dura que fuera la situación encontrada, ¡Gran invento el programa «Terrain Response»!. Además, estos vehículos cuentan con el fantástico sistema HDCS (Hill Descent Control System) o, en castellano, Control de Descenso de Pendientes, que ahora permite graduar la velocidad de avance por medio de los mandos del control de crucero. Si gradúas el sistema al mínimo, el coche no deja que caigas ni un centímetro sin estar controlado; para los más valientes, se puede programar con mayor laxitud y así tener algo más de «vidilla» en las pendientes hasta que entra en funcionamiento el sistema, porque os puedo asegurar, que la electrónica no nos va a dejar despeñarnos por un barranco en ningún caso a bordo de estas maravillas.

El segundo coche en el que nos montamos, fue el Discovery Sport y la verdad es que su estreno por mí a través de esos caminos fue todo un éxito y toda una experiencia de buenas sensaciones. De hecho, me pareció bastante más cómodo que el Evoque. Sus supensiones estaban, desde mi humilde opinión, más enfocadas al confort, al menos sobre terrenos difíciles. No tuve oportunidad de probarlo en carretera, aunque próximamente lo haré en una prueba completa de este vehículo, por lo que ya os contaré cómo va en todas las situaciones. No obstante, os adelanto que en su faceta TT va de lujo y abordando la entrada y salida al circuito por los lugares más complicados (aquellos por los que el Evoque no podía). Es válido para éste lo dicho del «Terrain Response», por lo que no repetiré las bonanzas del sistema. Solamente decir que los ángulos de ataque, salida y ventral son de 25, 31 y 21 grados respectivamente, los cuales le permiten una capacidad de vadeo de hasta 60 centímetros.

Por último, nos propusieron la opción de encarar aquella tremenda pendiente, una vez más, a bordo del rey de los TT de lujo, el Range Rover Sport y, ¡para qué os voy a engañar!, no me pude resistir. El programa electrónico tenía elevada la carrocería al máximo, por lo que aquel monstruo estaba preparado para meterse por donde los demás se van quedando sin remedio. Arranco y ¡aaaaarrriba!. La maniobra de subir aquella pendiente fue como desplazarme del punto A al punto B (en llano); ¡sin despeinarnos!. Lo siguiente fue como un juego de niños para aquel mastodonte y daba igual subir por donde hiciera falta, que caer por terraplenes inclinadísimos, que llevar el TT ladeado casi desafiando las leyes de la física… ¡Vamos, que el Rey de reyes se comportó entre tierra, agujeros inmensos, terraplenes y ascensos y descensos vertiginosos, como si de un camino en perfecto estado se tratara!. ¡Cómo se nota que la filosofía todo terreno la llevan en su ADN!. Por lo demás, deciros que para mí, subirme a bordo de un Range Rover Sport es siempre una experiencia deliciosa y, ahora, ya sí que puedo decir que haciendo trialeras con él, más de lo mismo.
Para terminar, os comento que la fiesta «cool» estuvo bien, pero esa no era mi guerra. Mucha gente, en un entorno muy conseguido de ambiente «british». Mi hija se lo pasó «bomba» y las actuaciones que pude ver estuvieron realmente divertidas, como la magia de un mago bastante cómico, la participación de niños y adultos en carreras de sacos y alguna que otra cosilla más. Hubo comida para todos y bebida a lo largo de toda la jornada. El día fue estupendo porque hasta el clima acompañó, así que, poco más puedo decir. Agradecer a Mark Hammond la atención que me dispensó y a Pino su simpatía y profesionalidad, siempre al pié del cañón y dispuesta a atender la más mínima petición de información sobre cualquiera de los modelos que cubre la Marca. ¡A ver si cunde el ejemplo!.
Os dejo un pequeño vídeo de la jornada en el que veréis mis actuaciones a bordo del Evoque y del Range Rover Sport y algunas tomas para el recuerdo. ¡Que lo disfrutéis!.
Luis , habrás pasado un gran día disfrutado de tu dos grandes pasiones familia y coches . Muchas gracias por tus post
Verdaderamente fue una jornada muy placentera, tanto para mí, como para mis dos niñas. Gracias por seguirme.
Pues sí Luis, parece que lo pasaste muy bien y encima acompañado de la familia, pero es que en el entorno en el que se produjo la presentación y a manos de esos fantásticos vehículos, no cabía esperar otra cosa. Buen reportaje.
Muchas gracias Javi. Me hubiera gustado que estuvieras por allí para darnos una vuelta en esos bichos. Me habrías enseñado muchas cosas del off-road que yo desconozco.
Un abrazo.