Todos los que hoy transitamos por las calles y las carreteras conduciendo un coche, hemos pasado alguna vez por la experiencia de estar en la autoescuela, de hacer las prácticas con el profe al lado corrigiéndonos y de llevar en las plazas traseras, el día del examen, a un señor con cara de pocos amigos del que dependió que hoy seamos autosuficientes a los mandos de un vehículo.

Pero cuando salimos de todas estas circunstancias, la cosa cambia. Somos nosotros y nada más que nosotros quienes nos enfrentamos a esa jungla denominada «tráfico diario». Cuando llevamos la «L» de novel en la parte trasera del coche, los veteranos se ceban, porque piensan que ellos conducen mejor que los portadores de esa letra que significa «aprendiz». En muchos casos es cierto, pero hay veteranos al volante que dejan mucho que desear y que ya quisieran conducir como más de un «aprendiz». Como digo yo siempre, una cosa es conducir y otra muy distinta saber conducir.
Te dejo aquí varios consejos si eres de aquellos que llevan o van a llevar la famosa «L» o simplemente, si tienes el carné hace muchos años, pero sigues sin verlo claro porque no conduces habitualmente.
- Hay que dar por hecho que si tienes tu carné en la mano es porque sabes lo que vas a hacer a los mandos de un vehículo. Se supone que sabes lo que te vas a encontrar por ahí (señales, agentes, cruces, etc) y que vas a saber interpretarlos. Sea como sea, quien conduce es el conductor y , si en este caso, el conductor eres tú, tú serás quien lleva las riendas y no el copiloto o tu novia o tu tío el de Málaga. Está bien que alguien con experiencia te guíe y te aconseje a lo largo de las primeras tomas de contacto con el coche, pero de ahí a que «conduzca» otro…
- Debes evitar discutir con el que, presuntamente, te está guiando en tus primeros pinitos. Las discusiones a los mandos de un coche son tan peligrosas como ir hablando por el móvil. Y es muy típico discutir con alguien que, teóricamente, está por encima de ti en conocimientos y habilidades al volante, ya que aumentan las probabilidades de correcciones e incluso intervenciones por su parte. Si te molesta, invítalo /a a apearse del coche y continúa solo /a. Así, si tienes un accidente, te la pegas tú y no involucras a nadie. Esto último, lógicamente, es broma, pero sí es cierto que las posibilidades de accidente discutiendo o con una alta carga de nervios al volante, aumentan de manera exponencial.
- No escuches la radio o te distraigas con nada. No hables si llevas a alguien al lado o detrás y concéntrate en lo tuyo. Ya habrá tiempo de todo esto cuando cojas más confianza y estés más suelto / a.
- No hagas burradas al volante. Es muy típico cuando se es joven y novato «sacarse de la manga lujos» que pueden acabar en accidente. No aceleres de golpe, no frenes de golpe y respeta más, si cabe, que los demás, las distancias de seguridad.
- No compitas con nadie. Esto es válido para los noveles y para los veteranos. En España somos muy dados a los «piques» y pocas estupideces hay más grandes a bordo de un coche que ésta.
- Hazte un viajecito de media distancia por autovía / autopista de vez en cuando para irle cogiendo tono al coche. En estas condiciones, es más fácil conducir, pero aprendes muchísimo de cara a la experiencia en otras circunstancias de tráfico, como la ciudad o carreteras normales. ¡Cuidado con los adelantamientos en carretera convencional. Debes saber exactamente qué llevas entre manos y cuáles son tus posibilidades. Si no lo tienes claro, no adelantes, puesto que ésta es una de las maniobras más complejas y delicadas. Es preferible llevar un camión delante durante unos kilómetros que ir a bordo de un Mercedes con chófer en posición horizontal camino del cementerio.
¡Felices vacaciones veraniegas a tod@s y mucha precaución ahí fuera!.