Son muchas las noticias que nos llegan desde hace unos años hasta ahora en torno al asunto de la eficiencia automovilística. Recomendaciones de todo tipo para ahorrar, publicidad cada vez más encauzada a la causa y bombardeo más o menos selectivo en función de lo que se vaya estilando en el momento oportuno. La realidad, es que, entre unas cosas y otras, los usuarios muchas veces no tienen muy claro cuál es el camino de la eficiencia y del ahorro. La respuesta a la pregunta que titula el post, a continuación, que, por cierto, tiene mucho que ver con las buenas maneras al volante y con el sentido común.
Cinco maneras estupendas de realizar una conducción eficiente

1) Arranque y puesta en marcha: no pises el acelerador cuando arranques el motor y nada más que arranques inicia la marcha (salvo en coches turboalimentados, en los que hay que esperar unos segundos). Esto significa que, una vez que le des al contacto, no te quedes esperando con el motor encendido a que baje el recibo de la luz o a que se acabe la corrupción en España. Contacto encendido = empezar a circular.
2) La primera marcha es eso, la primera (luego hay otras cuantas): la primera relación sirve para avanzar los primeros metros desde que iniciamos la marcha. Hay que cambiar a 2ª cuanto antes y no eternizarnos revolucionando el coche innecesariamente.

3) Acelera y cambia de marcha cuando corresponda: más o menos está admitido por los expertos que el cambio de marchas se debe hacer, en los motores de gasolina, entre 2.000 y 2.500 r.p.m. y en los diésel entre las 1.500 y 2.000 r.p.m. Conviene pasar a una relación superior cada vez que se avance lo suficiente para que las revoluciones se sitúen entre los valores señalados, evitando hacerlo por debajo de estos valores, ya que el coche daría tirones y la conducción dejaría de ser eficiente. Se debe llevar siempre la marcha más larga posible dentro del rango de revoluciones y velocidad señalados. Por ejemplo, la inserción de la 6ª marcha se recomienda ya por encima de los 60 / 70 Km/h. Conduciendo por ciudad, procura también llevar una marcha elevada, siempre y cuando eso implique no violar ninguna Norma de Tráfico.

4) La velocidad de circulación también es fundamental: conduce de manera relajada y uniforme. Busca la fluidez del tráfico y evita dar frenazos y acelerones bruscos. Procura insertar las marchas de una manera adecuada a las revoluciones y velocidad del vehículo (no todos los coches son iguales). Si hay que ir deteniéndose, levanta el pie del acelerador y no bajes a una marcha inferior, frenando suavemente con el pedal de freno. No reduzcas hasta que las revoluciones lo permitan dentro de los límites ya comentados. Debes prever la conducta de los demás para evitar tener que reaccionar de golpe y porrazo, provocando esos tirones, acelerones o frenazos innecesarios de los que hablaba antes.

5) Paradas: aunque tú creas que sí, a los ciudadanos no nos gusta tener que tragarnos tus humos mientras estás parado en un aparcamiento o en un arcén o donde sea, hablando por el móvil o esperando a tu abuela. Si vas a detenerte más allá de un minuto, apaga el motor. Esto te ayudará a ahorrar combustible, a ser más cívico con los demás y a ser más eficiente.
Si quieres estar a la última en materia de eficiencia energética a bordo de tu coche, no dejes de seguir estos consejos. Ahorrarás combustible, disminuirás la contaminación acústica, estarás expuesto a menos accidentes, aumentará el confort general a bordo de tu coche y mejorarás el medio ambiente. ¿Te parecen pocas razones…?.