
Con la prueba del Audi A1 1.2 TFSI he querido comenzar a hacer test en el segmento más bajo de los conocidos en el mundo del automóvil (segmento A). El Audi A1 es un coche pequeño, urbano; con unas dimensiones de 3,95 mts. de longitud. Prueba del Audi A1 1.2 TFSI. No defrauda. Nos podemos imaginar que su espacio interior da para poco. Sin embargo, este coche acogerá con gran amplitud a sus dos ocupantes delanteros. Quien no tenga problemas de espacio, puede poner su punto de mira en este pequeño gran coche, que, además, en función de la campaña comercial que podamos obtener, nos puede salir por un precio más que aceptable para lo que ofrece.
En concreto, tuve la ocasión de probar este coche gracias a que lo adquirió hace poco más de un año mi buen amigo Míguel. Poco aficionado mi amigo a este mundo de los coches, tengo que decir que, los días antes de adquirirlo, me llamó para preguntarme si era una buena opción o no. A mí no me gustan especialmente los coches pequeños, porque los veo muy poco prácticos, máxime si tienen tres puertas. Reconozco que le dije que era un coche que, con un motor de 86 CV, no debía de andar gran cosa, aunque estaba avalado por una gran Marca. No obstante, la oferta que le hicieron era atractiva y lo compró.
Unos meses más tarde, me lo pasó a mí para que diera mi opinión, y ahí va.
He probado a lo largo de mi vida bastantes Audi. Desde el gigantesco Q7, hasta el pequeñajo de la familia, el A1, pasando por el A8, el A6 o el A4, coche que compré en 2006 y mantuve alrededor de tres años. Por cierto, el preferido de mi mujer de todos los que he tenido.
El Audi A1 más básico de la familia, es el que equipa un motor de 86 CV de gasolina 1.2 TFSI. El acabado «Attraction» es el inferior y el que probé yo. La verdad es que el coche es parco en detalles. Muy sobrio, al estilo alemán, pero, a mi modo de ver, demasiado. El acabado es muy bueno. Todos los materiales están perfectamente ensamblados. Este apartado es algo de lo que Audi siempre se siente satisfecha porque sobresale entre la competencia. El tablero está recubierto de un material plástico sobre una espuma muy agradable al tacto. Es una sensación de calidad excelente.

Si queremos un coche por un precio algo inferior y más potente y equipado, tendremos varias alternativas, pero no serán un Audi. Aquí cada uno echa el dinero en lo que mejor le parece. Si yo hubiera dispuesto del dinero que le costó a mi amigo este Audi en ese momento, probablemente no habría adquirido un coche tan pequeño y pelado de equipamiento, pero con la cifra dispuesta, tampoco había opciones a mucho más, así que considero que, por calidad, por seguridad y manejo preciso del coche, la opción elegida por él, es más que satisfactoria, sobre todo conociendo sus intereses y filosofía.

Una vez sentado a los mandos del A1, todo te queda a la mano. La ergonomía es perfecta. Lo pongo en marcha y nos vamos a dar una buena vuelta. El resultado es el esperado. Suavidad de manejo, gran aplomo en carretera y en curvas, pisa el asfalto con gran autoridad, aunque no sea un deportivo precisamente…, es un Audi, en definitiva. Quien quiera darse un lujo haciendo curvas a gran velocidad o dejar atrás en un semáforo al vecino «chillando ruedas», que se compre otro coche; éste no es su modelo.
Se trata de un coche muy tranquilo, con unas prestaciones discretas pero suficientes y con un agrado de conducción elevado. Las plazas delanteras acogen de maravilla a cualquiera que se siente en ellas, con independencia de la estatura que tenga, gracias a los buenos ajustes que ofrecen los asientos. Una cosa que eché de menos, es la regulación en altura de los cinturones, lo cual es algo que detesto en un coche porque no es lo mismo que se siente a los mandos un señor de 1,60 de estatura que uno de 1,92. Estas cosas, deberían vigilarse por las marcas, que no cuesta nada implementar un sistema de regulación en los cinturones.
Hablar de las plazas traseras es echar por tierra todo lo dicho hasta ahora. Son de lo peor del segmento, ya que vehículos con sus mismas dimensiones, ofrecen mucho más espacio atrás. El maletero, sin embargo, no me pareció escaso para sus dimensiones, alcanzando los 270 L, que no está nada mal.

Para un uso cotidiano, el motor que monta este coche probado es suficiente, sin pretensiones más allá que llanear y trasladarse de un sitio a otro con poca carga para sacarle rendimiento. Su aceleración es discreta, pero en la línea de lo normal para estos casos. Es un coche con el que se puede viajar a ritmo bueno si no buscamos la «vena racing». De hecho, en un principio, te montas en él pensando que no va a tirar, como se dice vulgarmente, dada la «escasa» potencia con la que cuenta. Pero cuando vas en marcha y lo mueves y trasteas por ahí con él, cambias de opinión de inmediato, porque esa pequeña potencia declarada engaña sobre el terreno.
Finalmente, los frenos cumplen a la perfección con su cometido y es que clavas el pedal, y el coche se detiene en muy poco espacio de tiempo cubriendo una corta distancia para ello. La dirección me pareció soberbia. Bien definida, transmitiendo muy bien lo que pasa debajo de las ruedas y con una precisión digna de elogio.
Como defectos que yo calificaría de graves, estaría el de la ausencia de regulación de los cinturones y el sistema de iluminación exterior que montaba el coche de serie. Será porque desde hace muchísimos años estoy acostumbrado a conducir de noche vehículos con faros de doble xenón, o será porque los grupos ópticos que trae este coche de fábrica son manifiestamente mejorables, pero la sensación de llevar dos linternas de a 2 € la unidad delante del morro en conducción nocturna, era tan real, que tuve que levantar en más de una ocasión el pie del acelerador porque no veía más allá de unos metros por delante (y yo soy de los que prefiero conducir de noche porque veo de maravilla). Fue verdaderamente el punto más flaco del coche, que, además, incide en la seguridad directamente. ¡Pocas bromas con eso!. Todos los coches Audi que he conducido llevaban en su dotación el, para mí desde hace mucho tiempo, imprescindible bixenón. La visibilidad nocturna y en condiciones climatológicas complicadas, era en todos los casos excelente. Por eso, siempre reivindico que este tipo de ópticas se establezcan de una vez como equipamiento de serie en todos los coches, cuesten lo que cuesten. Se trata de la seguridad del conductor y de las personas a bordo, no de un capricho estético o más o menos «cool».
Mi veredicto en el conjunto del vehículo, para su segmento, sería de un 7 sobre 10. Con faros bixenón y algún que otro detallito que le hace falta, sería de un 8,5 sobre 10, pero entonces no le habría salido tan buena esa oferta a la que se acogió. ¡Una cosa por la otra!.
¡Tienes un pequeño gran coche para muchos años. Disfrútalo!.
El análisis me parece muy realista y acorde a la realidad del vehículo. Lo digo con conocimento de causa, porque soy usuario de ese modelo, y suscribo lo expuesto en el artículo.