Tras mucho tiempo esperando, acabo de realizar la prueba del Audi A1 1.0 TFSI S-TRONIC y éste, es el coche de mi mujer sin ningún lugar a dudas. Voy a exponer el motivo por el que hago esta afirmación que nada tiene que ver con desmerecer el vehículo y mucho menos a mi mujer. ¡A ver cómo salgo de ésta sin que me aticen por todos los lados!.


Nada más subirme al coche, recordé lo pequeñito que es. En mi caso, me han prestado un recién matriculado y precioso A1 1.0 TFSI de 3 puertas que monta un cambio automático S-Tronic en color blanco, aderezado con el paquete de diseño exterior S-LINE que le da un aspecto muy deportivo. ¡Todo lo que tú quieras, pero ese coche no es de mi talla!. Es el coche ideal para mi mujer porque así lo ha declarado, en primer lugar (aunque ella le añadiría dos puertitas más por aquello de la practicidad).

En segundo lugar, mi mujer los prefiere de ese tamaño porque con los coches grandes, aunque se defiende, no se lleva demasiado bien. Lo de llevar un motor 1.0 TFSI con 95 CV o una turbina de avión con un empuje de 35.000 Kg, le da más o menos igual.
La tercera razón sería que es automático y ella ya hace muchos años que perdió la bonita costumbre de conducir de vez en cuando vehículos con cambio manual.

La cuarta, vuelve a las razones del tamaño, ya que el garaje que poseemos debajo de casa es para un coche exactamente de esas dimensiones a pesar de que yo he sido capaz de meter y sacar de allí indemne el viejo Volvo de casi 5 metros de mi suegro, pero eso es otra historia. Mi actual BMW Serie 3 entra y sale «como Pedro por su casa» de ese garaje y no hay problema alguno, pero cuando ella ha visto la facilidad con la que accede y sale el pequeño Audi A1 y cómo encaja exactamente en el hueco sin salirse por delante o por la zaga, se le han puesto los ojos como dos soletes imaginándose ella metiendo y sacando el coche de ese «zulo» sin temor a destrozarlo gracias a su contenido tamaño.

El coche es realmente atractivo y vistoso con su paquete S-LINE (sin ese aditamento no es ni la mitad de llamativo) y, particularmente, me gusta bastante más que la versión que dejó atrás hace unos meses, aunque se parece bastante.

Dicho todo esto, pasamos a la acción. Lo primero que me pregunto con este tipo de mecánicas, para variar, es si andará dignamente y cómo sonará. Meto la llave en su hueco y arranco. No parece hacer mucho ruido. Ni mucho ni poco, ya que está perfectamente disimulado bajo una insonorización digna de mención. Las vibraciones propias de este tipo de mecánicas no aparecen por ningún lado, aunque debo decir que con la transmisión automática no entraba en mis planes sentir vibración alguna, cosa que con una manual habría que determinar. Por lo tanto, trabajo de insonorización muy bueno. En aceleraciones más o menos intensas el sonido del 1.0 TFSI ya no me agrada tanto, aunque esto es una cuestión absolutamente subjetiva, ya que, lo que para mí es un sonido tosco, para otros es un sonido que emula mecánicas más vitaminadas y mejor equilibradas; algo parecido al sonido que haría el motor de un GTI salvando las distancias oportunas, claro. ¡Lo siento, pero yo no lo veo así!.

Tengo que decir en este punto y también en su descargo, que soy muy exigente con esto de los sonidos de los coches, especialmente con las rumorosidades interiores que, reconozco, en este caso están en unos niveles muy reducidos (prácticamente desaparecidos), salvo cuando le «aplicas zapatilla» al pedal derecho y haces uso intensivo de las dos pequeñas y más que divertidas levas a cada lado del volante en conducción secuencial con ascensos y descensos de marchas continuos, negociando curvas como un loco. Como decía aquella, ¡se nos rompió el amor de tanto usarlo!. El motor da lo que da y es alegre en la medida en que lo exprimes y siempre por encima de las 2.000 r.p.m. De hecho, cuando haces «kick down» (hundes el pie en el acelerador), si vas en séptima marcha, baja tres relaciones de golpe situándote en cuarta. Recordemos que se trata de una mecánica 1.0 TFSI de 999 c.c que rinde 95 CV, sobrealimentado a base de turbocompresor (¡qué remedio!).

Este motor 1.0 TFSI sustituye al anterior 1.2 TFSI de 86 CV del que te hablé en su día aquí. Por prestaciones, para mí, éste anda más que aquel; es más vivo (o eso me parece a mí, ya que la anterior versión la probé hace casi dos años). También me parece más ágil éste que aquel, pero en relación a esto he de señalar que el A1 que probé hace dos años era manual y el actual tiene un poderoso cambio de doble embrague S-Tronic que da mucho juego frente al simple manual de 5 velocidades. ¡Sí; definitivamente este A1 es más ágil que su antecesor!. Sin embargo, por aislamiento acústico y suavidad, ambos aspectos muy bien logrados en el tricilíndrico, creo que el Audi A1 1.2 TFSI era mejor, aunque las diferencias sean más bien de matiz y no supongan en ningún caso grandes distancias entre un modelo y el otro. Una pequeña pega que le pongo al sistema Start / Stop es que apaga y enciende el motor dejando notar demasiado la vibración del tres cilindros, vibración que, salvo en esta circunstancia, no se aprecia prácticamente en ningún momento.

Los consumos de este 1.0 TFSI no son tan bajos como dice Audi, pero el pequeño tricilíndrico se muestra muy contenido en este aspecto, marcando el ordenador unos buenos 5,3 L. en conducción mixta y «dando cera» por carretera de montaña.

El apartado de la suspensión, por su parte, es de diez. El compromiso alcanzado entre comodidad, suavidad y estabilidad, filtrando las irregularidades del firme como pocos, le confieren un altísima nota en este apartado. Destacable especialmente es que, a pesar de filtrar las irregularidades como nadie en su categoría (y frente a modelos superiores también) este A1 1.0 TFSI es ágil en curva y se sujeta muy bien a elevadas velocidades apoyando perfectamente a cada lado según sea la curva que haya que abordar.
Respecto a la dirección, en el modelo anterior era electrohidráulica y ahora es completamente eléctrica, siendo variable en función de la velocidad a la que circulemos y deliciosa según mi criterio, tanto en parado (maniobras de aparcamiento) como a alta velocidad, proporcionando al conductor una gran seguridad y confianza por su buen nivel de transmisión de información a las manos, conjugándolo perfectamente con un confort extraordinario y propiciando al conjunto un dinamismo muy notable, especialmente en carreteras viradas. Se trata, por ello, de un coche bastante divertido de conducir.

Los frenos me han parecido buenos sin más. Probablemente en un coche más rodado presenten mayor mordiente y, por tanto, menores distancias de detención. El coche está recién matriculado y lo estreno yo, así que seguro que este apartado no supondrá una merma en el resultado final del modelo. Los acabados son de alto nivel; son Audi, aunque hay algunos plásticos que me parecen algo mejorables por cuanto debieran ser menos duros y más agradables al tacto. Los ajustes son perfectos, como nos tienen acostumbrados los de Ingolstadt.

La pantalla central sobre el salpicadero es abatible manualmente (ésta no se escamotea a golpe de botón, sino a golpe de mano). La presentación del menú disponible es buena y bien distribuida en pantalla. No me ha gustado mucho el manejo de los datos desde la botonería central, ya que no me parece muy intuitiva. Los mandos son de una calidad excelente, eso sí. El aire acondicionado funciona de maravilla y enfría de inmediato el pequeño habitáculo del A1.

Respecto a la habitabilidad, delante es espacioso y los asientos sujetan bastante bien el cuerpo. Detrás es para dos personas de no más de 1,60 mts., eso siempre y cuando delante no vayan dos personas de 1,90 mts. o más, caso éste en el que las plazas posteriores quedarían reducidas a dos pequeños huecos donde ubicar a niños de corta estatura y nada más. El maletero cubica unos discretos 270 L. Los espejos exteriores son muy buenos, además de muy vistosos estéticamente hablando y ofrecen una gran visibilidad hacia atrás, pero el interior es demasiado pequeño desde mi punto de vista. Yo recomiendo a la Marca que instale un espejo interior más grande, aunque solo sea para aumentar significativamente la seguridad del conductor de cara a no perderse nada de lo que le viene por la espalda.

Concluyendo, diré que este Audi A1 1.0 TFSI S-Tronic es una pequeña joyita de la marca alemana que haría las delicias de mi mujer y de todo aquel que exija buenas calidades en un coche, prestaciones más que discretas, tamaños contenidos y pretensión de «dar el pego» por aquello de llevar un Audi. Para mí no es, pero no por que no me guste, ya que me encanta, pero la sensación de conducir un juguete por el tamaño que tiene, es algo que no he logrado superar, ni con éste, ni con otros modelos del segmento B; y no digo nada del segmento A. Para mí las dimensiones en un coche son vitales, porque me gusta el espacio, porque me divierte manejar y pilotar transatlánticos de carretera, grandes berlinas y SUV. Me gustan los salpicaderos inmensos, con profusión de mandos, tener el control de una gran nave. Si mañana me regalase Domingo Alonso Un Audi Q7 y un Audi A1, te aseguro que el reparto estaba hecho sin pelea alguna entre mi querida esposa y yo. ¡No me digas que tenerlo tan claro en esto, no es una gran ventaja para lo demás…!.
Como puedes apreciar en este enlace, la seguridad es elevada en el A1, aunque se trate del modelo anterior.
Échale un vistazo a la valoración final del coche desde mi punto de vista.

Finalmente, como siempre, te dejo un vídeo explicativo del coche con la prueba que le realizo a bordo. Espero que te guste.