La Marca de Wolfsburgo ha decidido que su modelo estrella y buque insignia, el Phaeton, deja de fabricarse. Este inmenso sedán de lujo empezó a producirse en el año 2002, suponiendo para la Marca un verdadero desafío contra las más afamadas berlinas de representación mundiales, incluida entre ellas, el propio Audi A8, a la sazón, miembro de la misma familia alemana. Siempre existió el «run run» de que aquella maniobra de Volkswagen era un auténtico suicidio empresarial que daría pérdidas y muchos quebraderos de cabeza a los directivos del Grupo.
El Phaeton merecía la pena, creedme. Era una berlina de lujo de verdad, con empaque suficiente como para hacerle la competencia al más pintado de la Serie 7, la Clase S, el A8, el Jaguar XJ o el Lexus LS. Yo probé ese coche hace bastantes años y me pareció grandioso. Sin embargo había algo que no encajaba en todo aquel proyecto y era que al Phaeton le había salido un competidor mucho más serio y destructivo que sus propios rivales naturales ya citados un par de líneas antes. Si has pinchado en el enlace verde de la línea anterior, habrás comprobado que mis sensaciones al volante del Volkswagen Phaeton fueron las que te describo en esta entrada (exquisitas) y habrás caído en la cuenta junto a mí, de que lo que verdaderamente ha terminado con la fabricación de esta gran berlina, ha sido la dictadura de los prejuicios.

Efectivamente, la gran fábrica, otrora ejercicio estilístico y de buen hacer de Volkswagen, donde cualquier cliente podía ir a observar de manera diáfana a través de sus cristales la fabricación de su coche en vivo y en directo, termina la producción del símbolo de poder de la Marca alemana. Tras catorce años de fabricación del Phaeton, termina hoy ese sueño con la salida hacia China de la última unidad acabada del sedán, en color negro, con una mecánica de 4.2 L, V8 y 335 CV de potencia transmitida a la Tracción Total 4Motion; ¡vamos, una joyita, como podéis apreciar en las fotos!.

En la planta de Dresde trabajaban 500 empleados, de los que aproximadamente 100 permanecerán en esta factoría, ya que se pretende usar esta macro fábrica para nuevos proyectos más rentables. El resto del personal pasará a ocupar puestos en otras fábricas. ¡Vamos, lo mismo que sucede en España cuando una fábrica cierra, que no queda operativo ni el apuntador!.

La conocida como Gläserne Manufaktur (Fábrica de Cristal), permanecerá cerrada del 29 de marzo al 8 de abril próximo, ya que el Grupo quiere mostrar desde sus instalaciones sus últimos avances en movilidad eléctrica y digitalización. Sería una especie de conversión a parque tecnológico interactivo y lúdico donde la gente podrá vivir de primera mano los últimos avances en el mundo del automóvil. Lo que aún es un enigma, es si se volverán a fabricar vehículos en Dresde o si quedará como «parque temático» al servicio del espectador. Probablemente vuelvan a las andadas con un modelo similar al que abandonan ahora, pero puramente eléctrico y eficiente como pocos. Fuentes de Volkswagen así lo profetizaron tras el escándalo del «Diéselgate», a modo de purga, que sirviera de ejemplo al mundo entero. ¡Veremos en qué para todo esto, pero parece que algo en Volkswagen se mueve!.