Ferrari no da abasto por la enorme demanda de los ricos para hacerse con uno de sus preciados trofeos, el súper deportivo rojo pasión.
Parece mentira que con los tiempos que corren haya noticias así, ¿verdad?. Pues es tan cierto, como que en el mundo hay cientos de miles de perros descalzos.
La gente rica se pelea por tener un Ferrari entre sus logros, aunque algunos de sus propietarios solo los quieren de adorno
¡No es broma, no!. Mucha gente con poder económico suficiente como para comprarse un Ferrari, normalmente lo tiene también para comprarse dos y cinco más y cuatro Rolls Royce y tres Lamborghinis.
Ferrari obtuvo un beneficio neto en 2022 de 939 millones de euros, lo que representa un 12% más que lo ganado en 2021. ¡Con esto te lo digo todo!.
A pesar de la que la mítica marca procedente de Maranello fabrica 13.000 unidades al año, se estima que para atender la descomunal demanda, debería fabricar el triple.
Atrás ha quedado la célebre frase de Sinatra de «uno conduce un Ferrari cuando quiere ser alguien y un Lamborghini cuando ya es alguien».
Ya no son tiempos para lanzar semejante frase y quedarse tan pancho. A juzgar por los resultados empresariales y por la tremenda lucha que existe entre la gente pudiente para hacerse con un Ferrari al precio que sea, parece claro que la firma de lujo italiana ha dejado atrás este prejuicio.
Son un mito y las crisis no van con ellos. Vender 2.000 coches más en 2022 que en 2021, pandemias aparte, se refleja en su valor bursátil cada día.
El valor en Bolsa de la marca cotiza al alza y esto, en los momentos que atravesamos desde hace tres años, no es lo habitual entre las marcas de automóviles; más bien al contrario, la mayoría están llevando a cabo serios ajustes para levantar cabeza tras el desplome de ventas causado por pandemias, guerras, inflación y, quién sabe si en el futuro próximo, alguna que otra invasión alienígena.
Bromas aparte, es evidente que crisis tras crisis, vemos como éstas sirven para dejar en la cuneta a miles de ciudadanos por diversas causas, pero también para aupar a otros muchos a hacerse más ricos o a comenzar algo así como el llamado sueño americano.
El Cavallino Rampante atrae mucho, la «música» de sus motores, más aún y la exclusividad de poseerlo, ni te cuento.
El futuro de Ferrari parece más que despejado a juzgar por la demanda. Sus modelos son objeto de culto, lo cual no es de extrañar. Hacerse con uno, se ha convertido en una carrera de obstáculos que, una vez superada, merece la pena.
Su última creación, el SUV Purosangue, se vende por 400.000 € la pieza (precio base) y la marca ha tenido que cerrar la cartera de pedidos por verse superados de una forma abrumadora, aceptando nuevas compras para listas de espera que ya superan los dos años.
No hay más que señalar que, tras el debut del SUV de la marca, Ferrari tenía previsto fabricar 3.000 anuales y sólo las dos primeras semanas, recibieron ya 5.000 pedidos.
¡Menos mal que los «flipados» de Ferrari no iban a aceptar de buen grado un SUV de la marca!.
La marca fabrica 13.000 Ferraris al año y la demanda se estima entre los 35.000 y 40.000 unidades. ¡Así no se puede, oiga!
Está más que demostrado que Ferrari se ha llevado el gato al agua en esto de «colocar» sus vehículos entre lo más granado de la jet set mundial.
Cuando una marca decide no venderle coches a clientes perjudiciales para su imagen, estamos ante un monstruo del márketing de altos vuelos.
Y es que Ferrari sigue de cerca la evolución de sus clientes para no verse involucrada en escándalos que no interesan a su imagen.
Kim Kardashian o Justin Bieber son claros ejemplos de clientes perniciosos para la Firma, ¡y mira que estos tienen capacidad de compra de Ferraris!, pero no. La marca prefiere tenerlos lejos de sí para evitar dar mala imagen. ¡Eso es caché y lo demás tonterías!.
El futuro pinta eléctrico y Ferrari lo sabe. ¿están preparados para ello?. ¡Pues va a ser que sí, pero tiempo al tiempo!
Ferrari afronta su futuro en un escenario nada convincente. Una marca que goza de motores brutales de gasolina, petardeo del bueno y contaminación elevada, tiene que «buscarse la vida» para ser eficiente.
¿Cómo lo harán?. El CEO de Ferrari lo tiene bastante claro. «Haremos coches que sigan emocionando, como hasta ahora«. De momento, el primero para 2025 y, sí, será eléctrico 100%.