
No parece que Cadillac se posicione, al menos en España, como una Marca en la que piense fácilmente el usuario. Y es que esta gran Firma americana, realiza productos de gran calidad, estética diferente y cualidades dinámicas excelentes, pero no alcanzan la tecnología necesaria para estar en el club de los privilegiados, de momento. Además, los consumos, están lejos de parecerse a los de sus competidores naturales. Estas dos circunstancias y la hegemonía alemana reinante, se lo ponen muy difícil.
El Cadillac ATS es un vehículo de nueva factura que inauguró su comercialización entre diciembre de 2012 y enero de 2013. Un año y medio de vida que, a juzgar por su escasa presencia en las calle, no ha sido precisamente un exitazo.
Este vehículo sería la opción perfecta para quienes quieren más exclusividad entre «los de siempre» y buscan algo distinto y más exótico. Esa receta la tiene el Cadillac de serie. Pero si vamos al análisis pormenorizado del modelo, veremos que se queda corto en parámetros como el consumo, el cambio de marchas que «sólo» ofrece seis relaciones frente a las nueve que ofrecen ya en Europa algunos modelos o los consumos bastante por encima de lo que se espera por estos lares.

Con sus 4,64 mts. de largo, estamos hablando de un coche de la talla de los Clase C, los Serie 3, los A4, los Volvo S60, los Lexus IS o los Infiniti Q50. El maletero, es escasísimo para sus dimensiones externas. Los 381L. de cubicaje, suenan hasta ridículos frente a los cerca de 500 que cubican todos sus oponentes.
Su motor es un 2.0 L que rinde 276 CV. Si lo comparamos en precio a sus alternativas europeas, a igualdad de motor, es barato, ya que cotiza menos que los modelos de la competencia y está mejor equipado.
El cambio al que se acopla dicho motor, es de seis relaciones manual y se puede pedir automático con el mismo número de relaciones. Esto es algo ya obsoleto entre las grandes berlinas del segmento Premium, que se van, al menos, a cambios secuenciales de siete velocidades, si no ocho y en algunos casos, hasta nueve.

Hay cuatro niveles de equipamiento, el «Elegance», el «Luxury», el «Performance» y el «Premium». Ya desde el inicial, no va mal cargado, pero hace falta estar en el nivel «Performance» para disfrutar de elementos como el programador de velocidad activo, el Head Up Display o el asistente de frenado de emergencia, que ya nos suenan más a esos «gadgets» que llevan las berlinas alemanas y japos, casi siempre, las primeras en opción y las segundas, de serie.
Por lo demás, el coche se presenta muy cómodo, en el apartado dinámico prácticamente a la altura de sus contrincantes y con unos niveles de acabados y elegancia propios de lo esperado en el segmento.
Lástima que no sea más conocido entre los usuarios europeos y, especialmente, entre los españoles, porque el coche realmente merece la pena, a pesar de no estar exactamente a la misma altura de sus rivales. Supongo que entre los planes de la Marca, estará el de reforzar sus nuevas creaciones en el ámbito del márketing y de la publicidad a niveles más agresivos que los que presenta ahora. Considero que este apartado lo tienen bastante abandonado, por lo menos en el País en el que yo vivo. ¿Será esa la causa de sus bajos niveles de venta?. No lo sé, pero nivel Premium y alternativa absolutamente coherente con las expectativas europeas en el segmento, los tiene y de sobra, además de un aspecto muy diferente a los casi ya anodinos alemanes y japoneses.