¿Qué, nos compramos un eléctrico o lo dejamos…?. ¡Menuda preguntita!. Pues con lo complejo que es a día de hoy responderla, voy a tratar de explicar algunas cosas en relación con esta tecnología y la idoneidad o no de adquirirlo ahora o esperar a mejor ocasión.

Para empezar, te diré que desde 2011 hasta principios de 2018, la cifra de vehículos eléctricos puros que podemos adquirir, se ha multiplicado aproximadamente por ocho.

¡Vamos con un ejemplito de nada!: el ZOE de Renault que se empezó a comercializar en 2013, tenía una autonomía con una sola carga de 210 Km homologada bajo ciclo NEDC (unos 130 Km reales). El ZOE de hoy en día tiene una autonomía NEDC de 403 Km, o lo que es lo mismo, unos 250 Km reales.
Teniendo en cuenta que las pruebas NEDC se realizan dentro de un edificio, a unos 25 grados C, en llano, sin viento, con un único ocupante en el coche, con todo apagado salvo el motor y sobre rodillos motorizados, hasta mucho me parece la autonomía que adjudico como real.
Esto indica que se ha avanzado bastante, pero ¿lo suficiente?. ¡Veamos!.

Si mañana me levanto de la cama pensando que quiero comprar un coche eléctrico puro, voy a tener que plantearme, al menos, estas cuatro cuestiones:
- La oferta actual es bastante limitada, por lo que es complicado encontrar «el coche ideal» en este tipo de vehículos.
- El precio de adquisición de estos vehículos es muy superior al de uno de los convencionales. A pesar de las posibilidades ahorrativas que se le suponen a un eléctrico 100%, los precios son muy altos (con y sin ayudas) y esto no es del agrado de los consumidores, como es lógico. ¡Aún son coches elitistas!.
TESLA SUPER CHARGE - La autonomía ya es bastante aceptable con capacidades de más de 200 Km reales de alcance con una sola carga, pero esto no es demasiado presentable para alguien que se va a gastar cifras de dinero bastante elevadas. El objetivo claro es el de recorrer 500 Km reales, objetivo que no tardará en llegar, por cierto.
- Otra cuestión que suele echar para atrás a muchos usuarios posibles de la tecnología, es que los tiempos de carga son muy largos. ¿Te imaginas hacer un viaje, parar en una gasolinera para tomar un café, estirar las piernas, poner a cargar el coche y tener que esperar 7 horas para que obtengamos una carga completa?. ¿A que suena ridículo?. Pues es más o menos así, aunque se está recortando muchísimo este problema.

Lo que está claro, por la experiencia de estos últimos años, es que está resultando bastante sencillo resolver problemas técnicos, reduciendo espectacularmente el tiempo de carga, aumentando mucho las autonomías, etc, pero no parece igualmente sencillo reducir los elevados precios y conseguir que este tipo de tecnología llegue a la generalidad de los usuarios. ¿Tendrá que ver algo el interés de los lobbies petroleros en todo esto?. ¡Ahí lo dejo…!.
Todo esto sin olvidar la infraestructura casi inexistente en España para abastecer a estos coches eléctricos 100%. ¡A ver cuándo nos ponemos las pilas en este sentido, nunca mejor dicho…!.
Cuando llegas a casa, debes poder enchufar a la red tu coche, cosa que tampoco está muy clara, salvo que vivas en un chalet y te pongas un buen «wall box» para «darle de comer al niño».

¿Cuándo veremos la recarga ultra rápida de 350 Kw?. Todavía queda tiempo para alcanzarla, pero ya hay proyectos que trabajan en ello.
Está bastante claro que el lustro 2018 – 2022 va a ser fundamental para el desarrollo y despegue definitivo de los eléctricos «serios».
Todas las marcas anuncian que van a darlo todo en este tipo de energía para sus nuevos modelos, desde la más humilde, hasta la más sofisticada; ¡por algo será!.